Las encimeras de cocina pueden estar hechas de distintos materiales: marmol, granito, materiales sintéticos -como el Compac, Silestone, Corian, …- madera o incluso acero, y hay muchos criterios por los que podrías decantarte por un material u otro. En este artículo hablaremos del marmol, ese material con el que se han construido la mayor parte de las cocinas de nuestros padres y abuelos y que nunca pasa de moda.
A nivel geológico, el mármol es una roca metamórfica compacta que se ha formado a base de rocas calizas, y que después de sufrir un aumento de temperatura importante y presiones distintas, se cristaliza. Esta cristalización puede ser de distintos grados y en función de las «impurezas» que tenga el material -con impureza se entiende todo aquello que no sea el componente básico del mármol que es el carbonato cálcico- tendrá distintos grabados y colores. El mármol puede lucir vetas, puede tener un único color homogéneo, o lucir salpicaduras. Puede tener colores tan distintos como el negro, el rosa, el verde, el azul, el blanco, el amarillo y decenas de tonalidades distintas.
En el momento en que se somete al mármol a un proceso de abrasión, el mármol alcanza un alto nivel de brillo que lo distingue del resto de materiales. Se trata de un brillo natural, que no va a necesitar de ceras ni otros productos químicos.
Debido a ese brillo, a su resistencia, a la elegancia de su grabado y a la amplia gama de colores que se tiene, el mármol de hecho se ha utilizado históricamente para distintos fines: esculturas, escaleras, recubrimiento de fachadas y revestimiento de elementos decorativos entre otros. Dentro del hogar, actualmente su uso más importante es en la cocina, en forma de encimera tradicional, de encimera para una cocina en forma de isla, barras americanas o mesas auxiliares o principales.
Una de las ventajas del mármol es que es una base de trabajo muy higiénica para cocinar, ya que admite productos químicos de limpieza sin deteriorarse rápidamente (existe un deterioro, sí, pero con el tiempo y con la única consecuencia de que se pierde su brillo), y también, y esto es igual de importante, admite altas temperaturas sin arruinarse, es decir, puedes colocar sobre éste una bandeja acabada de salir del horno o la olla que está en el fuego sin peligro de dejar una marca de por vida. Por último, recuerda que es una buena opción por el simple hecho de que una piedra natural nunca va a pasar de moda ni va a presentar sorpresas, lleva tantos siglos utilizándose que se conoce perfectamente su dureza y resistencia. Además, si ves que pasan los años y pierde parte de su brillo por los productos de limpieza, siempre puedes pulirla.
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